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Alberto José Oteo, Argentina
El amanecer
El amanecer, sin farolas y sin luces,
me robó de mis ojos tu mirada,
mojando con mis lágrimas mi almohada,
todo el amor que tu “sin ti” produce.
El amanecer de sueños desvelados,
de promesas y ofrendas incumplidas,
devuelve del amor al vividor sin vida,
y araña al corazón, sin ti tan despechado.
El amanecer, orgulloso por su realidad,
ofrece al nocturno soñador,
un mundo que sufre alrededor,
de su vida vivida en su verdad.
El amanecer, inicio de un reproche,
que me destrozará durante el día,
y me conducirá febril, por esta vía,
que nos juntará al final en nuestra noche.
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