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Alberto Ureta, Perú, 1885
Pobre amor
¡Pobre amor! No lo despiertes,
que se ha quedado dormido.
Hay en sus labios inertes
la tristeza del olvido.
¡Pobre amor! No lo despiertes,
Dios sabe cuánto ha sufrido.
¡Pobre amor! No lo despiertes,
que se ha quedado dormido.
Balada de la rosa nautica
Treinta y dos caminos señalan tus puntos.
Unos van a tierra, otros van al mar.
¿Dime, Rosa de los Vientos,
no hay un camino más?
Treinta y dos caminos señalan tus puntos
Unos van a tierra, otros van al mar.
¿Dime Rosa de los vientos,
va alguno más allá?
Rosa de los Vientos, dame mi camino,
uno que no vaya ni a la tierra ni al mar:
o un camino que no lleve a ninguna parte
o un camino del que no se pueda regresar.
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