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Alberto Valdivia, Chile
Todo se irá
Todo se irá, la tarde el sol, la vida,
será el triunfo del mal, lo irreparable;
sólo tú quedarás, inseparable
hermana del ocaso de mi vida.
Se tornarán las rosas en un cálido
ungüento de otoñales hojas muertas;
rechinarán las escondidas puertas
del alma y será todo mustio y pálido.
Y tú también te irás, hermana mía.
Condenado a vivir sin compañera,
he de perder hasta la pena un día,
para acechar, cual triste penitente,
a través de mi pálida vidriera
el último milagro de la fuente.
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