|
|
Alejandro Arango y Escando, México, 1821
Rosaura
Risueña, ufana, sobre el césped blanco,
de abril en tarde plácida y serena
está Rosaura en la floresta amena,
al son de alegre tamboril bailando.
Rosas, jazmines, a su paso echando,
aplaude el pueblo y la comarca atruena,
y va la vida de donaire llena,
rosas, jazmines, a su paso hollando.
Pero ¿y mañana? al despuntar la aurora
y no bien aparezca su lucero,
tendrá ya dueño que en el alma adora.
Y si dice su señor: «No quiero»,
por más que gima la gentil pastora,
será este su bailar postrero.
|
|
|