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Anastasio Pajuelo Gallardo, España, 1954
Para hablarte de amor
Para hablarte de amor no necesito
ni lápiz ni papel. Sólo quererte,
saber que estás ahí, mirar y verte
y viajar con tu luz al infinito.
Para hablarte de amor no necesito
que la luna nos mire frente a frente,
pero sí que su luz, eternamente,
acompañe a mi fe, digo y repito.
No me busques, amor, en los rumores,
que jamás yo los tuve por amigos:
búscame si tú quieres en el fuego,
porque un fuego de luz son mis amores,
y más fuertes aún si son contigo,
que al final el amor es todo juego.
Amarte sin amarme
Amarte sin amarme, ¡qué tormento!
Amarme sin amarte, ¡qué delito!
Amar, querer amor, sueño bendito
en lago de ilusión y sentimiento.
¡Qué fuego de placer! ¡Y qué contento
vivir siempre en la flor aunque marchito!
Calor de nieve, amor. El infinito
persigue tu color por el desierto.
Buscamos hoy la paz. Ayer el cielo
nos dio su corazón, hermoso ramo
que sirve a la esperanza de consuelo.
El viento nos agarra de la mano,
nos lleva a su morada con desvelo
y siente con nosotros más que humano.
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