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Ana Enriqueta Terán, Venezuela, 1918
Ciega intención
Ciega intención de mármol desafía
todo aquel sollozar y aquella ausencia.
¡Si el día retornara a su inocencia,
qué fatiga de bien la de ese día!
Recobrada pasión que no se fía
de la engañosa fuerza de su esencia;
muro de rebeldía su presencia
me guía paso a paso y me extasía.
Ay! si la rosa siempre rosa fuera
y no mancha profunda y sometida
desde la parda tierra al manso cielo,
ay! ¡si la rosa siempre rosa fuera
y no brisa de sangre suspendida
desde la savia hasta su rojo vuelo!
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