Andrey Sequeira Cordero,   Costa Rica, 1978


Por ti canto, Libertad

Dónde está la mar que jugaba con tu piel,
dónde las manos que de noche han sido un beso
y dónde el horizonte de tu voz hermosa
que en hálitos de luz se escapa con el viento.

Me bastas, como el sol basta al silencio
para armar la madrugada en brazos del ensueño,
me llenas, como llena al cielo la palabra vida
que grávida y desnuda se sienta sobre el tiempo.

Arrodillado, escribo tus ojos
en la brisa bulliciosa que corre mensajera,
en los pechos de la Luna que aguarda tu retorno,
acaso en soledades dormidas bajo tierra,

me tumbo entonces en la seda de tu abrazo,
canto el amanecer que sube por tu espalda,
en sábanas de espuma nuevas de sortilegios
bailan las verdades como arrullos en tu falda

y entonces lo que era deja al lado su antifaz
para volar con alas de camino aun sin pasos,
se marchan las horas viejas y con frío
y corre la esperanza con las piernas del verano.

Me bastas, lo digo con tus labios,
como basta el verso para oler una caricia,
me basta tu nombre, Libertad, tu sueño
para hallar el aire que me da tu compañía.


 
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