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Angel González, España, 1922
Luz llamada día trece
A cada cosa por su solo nombre.
Pan significa pan; amor, espanto;
madera, eso; primavera, llanto;
el cielo, nada; la verdad, el hombre.
Llamemos luz al día, aunque se asombre
quien dice "Es martes hoy, ayer fue santo
Tomás, mañana será fiesta". ¡Cuánto
más verdadera que cualquier pronombre
es esa luz que cuaja el aire en día!
Hoy es la luz llamada día trece
de materia de mayo y sol, digamos.
Y si hablamos de mí –puesto que hablamos,
de algo hay que hablar– digamos todavía:
pasión fatal que como un árbol crece.
En este instante
En este instante, breve y duro instante,
¡cuántas bocas de amor están unidas,
cuántas vidas se cuelgan de otras vida
exhaustas en su entrega palpitante!
Fugaz como el destello de un diamante,
¡qué de manos absurdamente asidas
quieren cerrar las más leves salidas
a su huida perpetua e incesante!
Lentos, aquí y allá, y adormecidos,
¡tantos labios elevan espirales
de besos!... Sí, en este instante, ahora
que ya pasó, que ya lo hube perdido,
del cual conservo sólo los cristales
rotos, primera ruina de la aurora.
(En este instante, breve, y duro instante...)
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