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Ariadna Godreau, Puerto Rico, 1985
Viejo San Juan
Debo tragarme
lo blanco de tus besos
por si te atrapase tarde
después del baño
o antes de la cama
cuando lo amargo
deba funcionar de apócope
a un nosotros
cuajado a la fuerza
en un billar
Pa’ los huesos
Acaso los pianistas envejecen
con prisa, tragan inicio de teclas
bajo protesta, redactan esquelas
pa’ sus huesos, gritan dedos. Retuercen.
Acaso muerden marfil, lo padecen
nunca lo arropan de piel, las telas
pesan en las notas. Ellos esperan
frío pa’ rasguñarlo. Anochecen.
Componen conciertos, ya sin aliento
frotan cráneos paralelos-huecos
breve canción, caracol, un zapato.
Ya blancos, musiquean a destiempo
–que no basta reorganizar los huesos
si ses uno contra cuarentaicuatro–
Arañas en huelga...
el amable tiriritero
malabarea frias
lineas invisibles
sobre hombros de vidrio,
los titeres tiritan
aentredientes
crujido de techo-telón,
caja piramidal
cuelga peligrosa
en trapecios de lujo,
silencio aspirado,
mutis en carpa vacia
densifica el vértigo,
desconfianza de circo
se cuagula lenta,
un último acróbata desnuda
conspiración sincronizada
huele a temblor de huesos
huele a taquicardia mecánica
huele a cáncer en la red
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