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Arturo Corcuera, Perú, 1935
Rosa
Tímida rosa ósea y encarnada
que amo y me ama y junto a mí se posa,
rosa que me rozó con la mirada,
¡oh mi amorosa y aromosa rosa,
sumisa y envolvente llamarada!
Llamándote me enllamas, ardorosa,
y erguida en mi alma, rosa incorporada,
entre mis brazos, caes temblorosa.
Talle, su tallo. Y hojas. Y ojos. Sueño
–que con mis manos toco– que me toca.
Buscada rosa que encontró su dueño.
Escogida entre muchas minuciosa-
mente. Lozanos muslos, ansias, boca,
y no la mires más que así es mi rosa.
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