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Augusto Winter, Chile, 1868
No te manches
Si es tu vida tan pura como fuente
clara y tranquila, espejo de los cielos;
si tu alma no ha sufrido los desvelos
del que en el fondo de su pecho siente
del árbol del pecado, floreciente,
la malsana atracción; si tus anhelos
jamás se han arrastrado por los suelos
y puedes, limpia, levantar la frente;
si tu alma es torre de marfil segura,
no te envanezcas, ni de extraño modo
juzgues la vida de alma menos pura.
Porque te manchas con tu orgullo necio
si, al contemplar al que cayó en el lodo,
en vez de amor le arrojas tu desprecio.
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