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Benedicto Lorenzo de Blancas, España
Ella
Ella era la tierra prometida
en el amanecer de la conciencia,
la manzana del árbol de la ciencia
en cuerpo de mujer estremecida.
Ella era el encuentro, la acogida,
la presencia en la tierra, la experiencia,
la protección total de su indigencia,
la identidad en ambos de la vida.
Parecía la gracia verdadera,
el trofeo más tierno y exquisito
que pudiera alcanzar el hombre. Era
el más hermoso ser entre los seres,
el mito más perfecto entre los mitos,
la mujer entre todas las mujeres.
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