|  |  | Benjamín Lenz,   Bolivia, 1836
 
 
 Despedida
 
 ¡Morada de placer y de recuerdos,
 Tu fuiste de mi amor el blanco asilo!
 En ti de su mirar goce tranquilo
 El brillo seductor
 
 Yo escuche resonar en tus llanuras
 De su angélica voz el dulce acento
 Derramando doquier dicha y contento,
 Vida, amistad y amor.
 
 Entre tus flores de escarlata y nieve,
 En medio del verdor de tu pradera,
 Yo la he visto vagar bella, hechicera,
 Cual celeste visión.
 
 Y en mi pecho cundir voraz y oculto
 He sentido de amor el fuego ardiente,
 Y cual las olas de la mar hirviente
 Aumentar mi pasión.
 
 ¡Oh, cruel desilusión, todo ha pasado,
 Cual leve niebla por el sol herida,
 ¡Y al decirte mi adiós de despedida,
 Tiembla mi corazón...
 
 Que en horas de dolor y de amargura,
 ¡Tu serás mi mansión!
 
 
 
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