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Bernarda Ferreira de la Cerda, Portugal, 1595
Jardín cerrado...
Jardín cerrado, inundación de olores
fuente sellada, cristalina y pura;
inexpugnable torre, do, segura
de asaltos, goza el alma sus amores;
intactas guardas tus hermosas flores;
matas la sed, destierras la secura;
ostentas majestad, y desa altura
penden trofeos siempre vencedores.
El verdor tuyo nunca el lustre pierde,
ni se enturbia el candor de tu corriente;
firme está tu invencible fortaleza:
que es el jardín cerrado siempre verde,
es siempre clara la guardada fuente,
y es propia de la torre la firmeza.
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