|
|
Bernardino Fernández de Velasco, España, 1783
Encantadores valles
En esos hoy encantadores valles,
montes un día y rústicos apriscos,
el cetro del poder abrió entre riscos
parques floridos y frondosas calles.
Rocía a sus ninfas los esbeltos talles,
raudal brotando entre espumosos discos,
por grupos bellos y altos obeliscos,
émulos de la pompa de Versalles.
Si en la enramada el ruiseñor modula
festivo cante y la nadante carpa
en clara fuente plácida circula,
feliz cual nave que ligera zarpa
para tu isla natal, celebra ¡oh Tula!
ese Brobón-Edén, pulsando tu arpa.
|
|
|