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Camila Fernanda Medina Bascuñán, Chile
El llanto
El cielo en un acto de desesperación,
abrió sus ojos e inundó al mundo
en un manto de amargo llanto
y la tierra, en un acto de compasión,
recogió sus lágrimas
y las hizo vida...
El verde vivo creció sobre ella
y brotó su desgracia que ama,
que provoca su muerte
y que hace al cielo llorar.
A mi padre
Físicamente inalterados,
psicológicamente mutados,
y en esencia,
desaparecidos de esta realidad.
Quedándonos con restos ambiguos,
de mares muertos,
en un mundo que no nos comprende.
Intentamos vaciar las penas,
con lenguas mudas,
en oídos sordos,
con miradas que imploran piedad.
Es así como te dejo ir,
para no ser egoísta,
porque puedo ver en tus ojos
la cruz que te marca.
Por eso te dejo ir, padre
para no ser tacaña con tu vida,
que sé que fue injusta,
pero te hizo feliz.
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