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Carlos Augusto Salaverry, Perú, 1830
Diamantes y perlas
He aquí, lector, la diminuta llave
que guarda de mis joyas el tesoro;
privanme la modestia y el decoro
de que yo te las muestre y las alabe.
Quizás tu lente, escrutador, acabe
por no hallar en mi cofre perlas ni oro
si tal descubres, por tu honor imploro
que no lo digas a quien no lo sabe.
Si no hallas en mis versos poesía,
ni estilo, ni metáforas brillantes,
mis páginas arroja sin leerlas.
Que otro lector, acaso, encontraría
en los tipos de imprenta–los diamantes,
y en mis vacías páginas–las perlas.
Ilusiones
Venid a mí, sonriendo y placenteras,
visiones que en la infancia he idolatrado,
¡oh recuerdos, mentiras del pasado!
¡Oh esperanzas, mentiras venideras!
Ya que huyen mis lozanas primaveras,
quiero ser por vosotras consolado,
en un mundo fantástico, poblado
de delirios, de sombras y quimeras.
Mostradle horrible la verdad desnuda
a los que roben, de su ciencia ufanos,
a todo lo ideal su hermoso aliño;
pero apartadme de su estéril duda;
y aunque me cubra de cabellos canos,
dejadme siempre el corazón de un niño.
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