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Carlos Cano, España
Consuelo
Como la perla que esmaltó el rocío
sobre el tierno botón de una azucena,
vi una gota de llanto que serena
dejaste resbalar a su albedrío.
Yo la miré con loco desvarío
y de su pecho al descubrir la pena,
rompiendo el dique que mi llanto enfrena
otra gota brotó del pecho mío.
Lágrimas ambas al calor nacidas
de aquel amor de nuestra vida encanto,
brotaron y murieron siempre unidas;
y fue de mi dolor consuelo santo,
ya que nunca han de unirse nuestras vidas,
ver resbalar unido nuestro llanto.
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