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Carlos N. Carreras, Puerto Rico, 1895
Semáforos
Las calles se espantan del silencio
nostalgiando palabras de los árboles...
El semáforo guiña enamorado
con ojos de colores
a las mujeres ausentes...
La tortuga camina tan aprisa
que no mira la luz roja,
en cambio, un taxis con manos y sin ojos
se duerme a la señal de la luz verde...
Las flores sin perfume
les roban el olor de gasolina
a los automóviles!...
Voz de adentro
Si de vivir hubiese yo vivido
el tiempo ya gastado en el espejo
dejaría de amar lo que no dejo
sembrado bajo sombras del olvido.
Que amar lo que no amé en tiempo ido
es volver a gatear cuando uno es viejo
y no he de desandar como el cangrejo
para así recorrer lo recogido.
Mi soledad se rompe en agrio empeño
como rompe la luz las azucenas
con el trino de un pájaro risueño...
No estaría mi voz de voces llenas
como lo está mi sueño de otro sueño
si el amor no durmiera entre mis venas...
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