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Carlos Vega, Argentina, 1898
Inmóvil, muda, fría...
Inmóvil, muda, fría, indiferente,
melancólica, pálida, ¡cuán bella!
trémulos ojos con fulgor de estrella,
larga trenza dorada, tersa frente.
Penumbra: entusiasmado adolescente,
susurra amor junto al oído de ella,
exaltado, nervioso, y la doncella,
frívola escucha, pérfida, sonriente.
Balbuceó un "sí" y huyó a ciudad lejana,
de donde no volvió; y él, pobre, triste,
en su loca pasión con calma insiste.
Y del invierno en la glacial mañana,
admira el parque, cierra la ventana,
y suspirando con dolor, se viste.
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