Fui el amor imposible de un mendigo
que tocaba a mi puerta día a día,
recogía monedas de cariño
y yo le daba flores de mentira.

Jugué al amor con algún estudiante
que me quiso enseñar literatura,
y fui la amante absurda de un magnate
con un gran equipaje de aventuras.

Mentiras de mis sueños, niño loco,
imágenes forjadas y quimeras,
figuras de mis ojos con insomnio
cansados de mirar a las estrellas.

Pero a ti, que me pides hoy un cuento,
te invento esta mentira y te complazco,
me cree una mujer interesante, pienso,
y no es bueno a su edad desconcertarlo.

Y si le digo mi verdad de siempre,
la sonrisa en tus labios se hará amarga,
porque el hombre que quise no me quiere
y no he sido en su vida casi nada.