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Carmen Boullosa,   México, 1954 
  
Tu cuerpo pulsado...
  
Tu cuerpo pulsado por sí mismo 
es en mis oídos viento claro y fresco, 
sonido límpido del cobre y del aliento:
  
eres tus labios rezumantes de lima, 
eres tus ojos recubiertos de bruma, 
eres tu mano fina ciñéndose cierva:
  
porque en ti anida el mar, eres su guía, 
y de ti la más torpe raíz bebe su espina:
  
porque tú eres el viento 
y eres también la boca virgen 
que muchos metros ocultan. 
  
 
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