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Cayetano Coll y Toste, Puerto Rico
Guarionex
Seguido de sus flecheros
marcha Guarionex altivo,
a degollar castellanos
y perseguir enemigos.
Arde ya Sotomayor
por las llamas sorprendido
y el incendio se propaga
devorando el caserío.
Silban las agudas flechas,
y al asalto prevenido,
hacha de sílice férreo
maneja arrogante el indio.
La macana de palmera,
tiene cortante los filos,
y el guanín, de oro, brillante,
luce Guarionex erguido.
Las plumas de su penacho
agita el viento al capricho,
brillando tornasoladas
con los colores más vivos;
el cacique es el primero
en arrojarse al peligro,
y a los flecheros seduce
con su formidable grito;
el asalto está empeñado,
y el viento lleva, en sus giros,
del arcabuz el estruendo,
y el clamor de los heridos;
fuego vomita el incendio;
flechas arrojan los indios;
y un puñado de valientes
defienden el caserío.
Salazar los acaudilla,
capitán de muchos bríos,
cuya espada cortadora
por doquier abre camino;
mas ceden los castellanos
y retroceden vencidos
caminando hacia Caparra
sin esperanzas de auxilio,
seguidos por Guarionex
que luce el guanín altivo
degollando victorioso
a los pobres fugitivos.
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