|
|
César Luis de León, Cuba
Es la sombra en los campos...
Es la sombra en los campos tristemente dormidos
sobre el vientre fecundo de la tierra callada...
Sangran vida los cortes de los troncos, heridos
por el hacha del Hombre... Ya es la noche cerrada.
Una luz la Tiniebla nos enseña de lejos;
los cocuyos fugaces prenden lumbre a sus ojos,
y hay nidos en las ramas de los árboles viejos
y ensueños en el alma de los rudos abrojos.
El Silencio ha tendido sus escalas, sombrío
sobre el alma infinita de las cosas... El río
quedamente sus líricas espumas deshilvana...
Median brotes secretos en el Germen gigante,
pero... bajo la calma de la noche inquietante
Naturaleza grita su canción extrahumana.
Germinal
Crear un mundo mío para soñar de nuevo
con místicas y astrales doncellas luminosas,
y así tender un puente de luz y de renuevo
desde las viejas cosas, hasta las nuevas cosas.
Mirar la vida entonces vibrando de alegría
entre un cantar armónico de pardos ruiseñores
y una eclosión inmensa de Amor y fantasía,
y así verter en Ella mis claros surtidores.
Crear un mundo mío para arrancar la pena
torturadora y áspera que el alma me encadena...
Crear, crear ensueños jamás imaginados,
para arrojar al viento triunfal de las alturas,
los raros arabescos de todas mis locuras
con las indiferencias de los predestinados.
|
|
|