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César Augusto Terrero Escalante, Cuba, 1966
El camino del Tecolote
Cada palabra es un hilo;
cada paso, rocío
y ahora el bosque
(oscuro como la ausencia)
tiende sus inevitables
collares de ayer.
Todo color ha perdido
sentido, menos el verde
y es al centro
singular e impreciso,
donde reciclar el río
y el molino de neuronas
nace del agua de tormenta.
Centro que se quiere centro,
ojo de la reina de la muerte,
guardián del alba,
imán de los caminos.
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