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Clemente Palma, Perú, 1872
Rompimiento
Te vi, te amé; tu imagen peregrina
en mi alma se grabó.
Me hiciste comprender que me querías,
y aún más te quise yo.
Y cuando, loco, con tu amor formaba
halagüeña ilusión,
me diste con la puerta en las narices.
Pues ¡hija!, se acabó.
Toma tu rizo, mándame mis cantares,
y busca la ocasión
en que pueda tus besos devolverte
pues no los quiero yo.
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