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Conrado Nale Roxlo,   Argentina, 1898 
  
Pórtico
  
Este libro es la sombra de mi vida, 
fantasma de mi alma y de mi hora, 
luz de jazmín en la pared derruida, 
lágrima pura que la tarde dora.
  
Yacente estatua de la luz perdida 
de la alta noche en la inquietante flora, 
que en abismos de sombra sumergida 
crea bajo los párpados la aurora.
  
En cuerda de violín, llamas y bruma. 
Ala del ángel que me da la pluma 
para que exprese mi temblor divino,
  
esto que apenas es y ya se pierde. 
Fugaz grandeza de la rama verde, 
brazo de flor y pedestal de trino. 
  
Altiva rama
  
Por altas galerías de verdura 
el selvático sol su luz derrama. 
Goza la claridad la altiva rama 
y a pie del tronco está la noche oscura.
  
Así mi corazón cuando la altura 
cobra de un noble amor de luz se inflama, 
y del pecho de Dios baja la llama 
que fugitivos cielos inaugura.
  
Y soy como la rama que en asiento 
de gigantesco tronco suspendida 
se baña en pura luz breve momento,
  
pero más pronto caerá abatida 
cuando el hacha maléfica del viento 
mueva la tempestad embravecida. 
  
Lo imprevisto
  
Señor ,nunca me des lo que te pida. 
Me encanta lo imprevisto, lo que baja 
de tus rubias estrellas, que la vida 
me presente de golpe la baraja 
contra la que he de jugar.
  
Quiero el asombro 
de ir silencioso por mi calle oscura, 
sentir que me golpean en el hombro, 
volverme, y ver la faz de la aventura.
  
Quiero ignorar en dónde y de qué modo 
encontraré la muerte. Sorprendida, 
sepa el alma, a la vuelta de un recodo, 
que un paso atrás se le quedo la vida. 
  
 
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