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Eleuterio Calatayud, España
De cuanto ostenta...
De cuanto ostenta entre sus bellas cosas
la Poesía en su trono de hermosura,
nada muestra su gracia y galanura
como el rosal de las catorce rosas.
Ellas en sus corolas prodigiosas
reflejan la belleza y la ternura,
que en su mil cambiantes de luz pura
van a jugar las blancas mariposas.
Si se mecen de amor al blando viento,
se hacen notas de mágicas querellas
y verso alado de armonioso acento;
que es el soneto en sus cadencias bellas,
arpa que dio al poeta el firmamento
la noche que contó catorce estrellas.
Al dulce son...
Al dulce son de danzas acordadas
con la Madre Poesía todas llegan,
que es el verso la comba con que juegan
sobre un tapiz de rosas delicadas.
Son catorce princesas encantadas
que con anhelo el desencanto esperan,
y hermanas del Amor, se consideran
por el poeta las catorce amadas.
Todas sumisas su belleza ofrecen,
que están sus almas de ternura llenas
y ante el poeta inquietas se estremecen.
Triunfa el vate que rompe las cadenas
de la forzada rima... ¡y se aparecen
todas catorce a consolar las penas!
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