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Elisa Huezo Paredes, El Salvador, 1913
La ofrenda
!Que vuelo sideral de ala extendida!
!Que zigzag de emoción era su vuelo!
!Que ansiedad por llegar al Santo Suelo
vibraba en el albor de su caída!
Y llegó palpitante, estremecida
a ofrendar la grandeza de su anhelo,
el destello alumbraba al mismo cielo
que en su seno teníala dormida.
Y descubrió de nuevo aquella senda
a pesar de encontrarla desolada,
buscó con avidez la antigua tienda...
al mundo conmovía su llegada:
Batió sus albas alas de abanico
y el olivo soltó del rojo pico.
Luz Perpetua
Imagen clara que la luz congrega
sobre garganta de aire sostenida,
grávida esencia que trasciende vida
como quien da la vida con su entrega.
Y ésta ceniza que tan tenue llega
a pesar de la estrella amanecida
hace dudar si guarda o si despliega
una aurora fulgente o aterida.
Radiante rosa que ilumina y arde
ante el rostro del ángel o el profeta.
Imagen clara: !qué la luz te guarde!
y diga el nombre del feliz planeta
en donde el alba surge por la tarde
y el crepúsculo es reino del Poeta...!
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