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Enrique de Zárraga, España
Tu sonrisa compañera
No sé qué decirte en el poema...
Está mudo el pensamiento que recojo.
Sólo sé que mirándote a los ojos
los veo de cielo iluminados,
los siento en mi espíritu instalados
sin miedos, sin ahogos y sin prisas.
Y ... al cabo
siempre quedo nuevamente enamorado
de esos labios que se abren en caricias
ofreciendo en regocijos encarnados
la hermosa calidez de tu sonrisa.
Fusión
Besos del alba al ocaso
en tu esencia desparramo,
qué íntegramente te amo
en tu luz o en tu fracaso.
Suavemente, paso a paso,
a todo tu ser proclamo,
sobre tu piel, tramo a tramo,
y hasta la hondura traspaso
para encontrar la ternura,
susurros, savia, conciencia
de lo profundo a la altura,
fundidos sin resistencia
y en la sublime locura
de la más pura inocencia.
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