|
|
Enrique Quiroz Castro, Perú
Con la fuerza de tu alma
Al sentirme sin genio, ni grandeza,
como cuerda sin uso, destemplado.
Como un árbol sin fruto, avergonzado,
recliné en tu regazo mi cabeza.
Era tal al mirarme tu tristeza,
que empapaste mi sien de derrotado
y la fuerza de tu alma en mi costado
penetró ... como lanza de entereza.
Levanté poco a poco la mirada
y noté que en tu rostro una sonrisa,
como un ave del cielo apareció.
Renovado cual sol de la alborada,
pude ver que en las liras de tu risa
mi pasión por la vida ... renació.
Bajo la lupa
Preludio del amor es la amistad.
Camino de la paz, la tolerancia.
Sendero a la soberbia, la arrogancia.
Calzada a la confianza, la verdad.
Mural de bendiciones, la bondad.
Portal de regocijo, la alegría.
Manojo de ilusiones, la falsía.
Pantano de perfidia, la maldad.
Ribera de acuarelas, la armonía.
Cadalso de la infamia, la traición.
Ruleta de tragedias, la osadía.
Pasado sin retorno, la extinción.
Remanso de suspiros, la poesía.
Oasis de esperanza, la oración.
Mi universo en manantial
La hermosa luna llena palidece,
al lado de tu rostro iluminado
con la luz del amor. Y tal parece,
que el sol, desde tus ojos me ha mirado.
Tus ojos, ¡ay! tus ojos seductores,
son mares de esmeralda y de tibieza.
Son nardos aguzados de colores
que amantes me atraviesan con certeza.
Encierran el amor del firmamento
al centro del volcán de su promesa.
De selva es su color, su sentimiento.
De jade, su cristal naturaleza.
Tus ojos ¡ay! tus ojos son tormenta.
Los míos se han postrado ante sus rayos.
Tu cielo, de luceros me alimenta,
y soy el más feliz de tus vasallos.
Preciosos son tus ojos prodigando
auroras que florecen infinitas.
Radiantes en sus besos van sembrando,
semillas con rubor de margaritas.
Impar es tu belleza irresistible.
El brillo de tu esencia, angelical.
Igual que un mar de amor irrepetible
es tu alma mi universo en manantial!
La hermosa luna llena palidece,
al lado de tu rostro iluminado
con la luz del amor. Y tal parece,
que el sol, desde tus ojos me ha mirado.
|
|
|