Florencio Quesada Vanegas,   Costa Rica, 1950


Verso a verso

Todavía resplandece su luz
en los campos de Orihuela,
hiriendo el viento con sus veinte cabras blancas.
El hechizo de sus manos
eterniza las nubes preñadas verso a verso.

El hierro carcelero de su cuerpo
quebró el otoño de su sonrisa,
mas fortaleció su brazo en la pared
inmortalizando la palabra en su boca.

En su cordillera brilló el sol de su libertad
y volaron desnudas las palomas a su encuentro.

Miguel Hernández no ha muerto.
El pastor de los versos del campo
florece bajo la lluvia del pentagrama
de Joan Manuel Serrat.

Retumban los ríos en mañana incierta. Amanece.
Beben la angustia del niño de las cebollas,
su eternidad asoma en una celda que libera.


 
A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z

Página Principal       Spanish Poetry