|  |  | Francisco Javier Cubero,   España
 
 
 Precipicio
 
 Blanco el papel y turbia la mirada,
 apenas se desvela el pensamiento
 que quiere ser palabra en turbulento
 afán contra el abismo de la nada.
 
 Blanco el reflejo de ansiedad rasgada,
 alba primera, detenido el viento
 y enrarecido el aire sin aliento
 que contiene la voz de la llamada.
 
 Turbio el deseo de atravesar la sombra
 que espesa oculta el halo del sendero
 y ante el umbral impone un muro blanco.
 
 Espejismo de cal, desnuda alfombra
 que rechaza la mácula en su cero,
 es vértigo en el filo del barranco.
 
 
 Despertar
 
 Rara tregua, no amar cuando la luz se impone
 y el límite del sueño está vacío
 y sin huella su almohada.
 
 Ruido herido al sonar la alarma que dispone
 la obligación del día, escalofrío
 de la nueva jornada.
 
 Y en la desierta cama
 inventar un aroma que no es cierto,
 un recuerdo fugaz.
 
 Rara es la noche y ruido la amalgama
 de aquel ayer despierto
 para el que no hay disfraz.
 
 
 
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