Gastón Fernando Deligne,   Dominicana, 1861


Los galaripsos

En la liana vistosa y empinada
funden los galaripsos su esbelteza,
como una aspiración que se anonada
–temblando de pasión– en la belleza.

Tejiéndose al imán de sus amores,
su follaje nervioso, se estremece;
y presume quizás, al echar flores,
que es el árbol amado el que florece.

Teclado son de vientos vagarosos
y cual la mirra de sagrado rito
en espiral remóntanse, ganosos
de holgar entre el planeta y lo infinito.


Memento

Los Magnos de la Patria, en lazo estrecho
tornaron indomable su impericia
ante el altar donde la unión oficia.
Abríguese la unión en nuestro pecho.

Para alentar el poderoso hecho
que la victoria diademó propicia,
amaron el derecho y la justicia.
Amemos la justicia y el derecho.

Ese el alto tribute, y no los dones
de evanescente incienso y vano ruido,
a su santa memoria y sus blasones.

Cuando la bien amada ha fenecido,
recordar sólo el nombre –¡oh corazones!–
es una ambigua forma del olvido.


 
A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z

Página Principal       Spanish Poetry