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Gonzalo Canto, España, 1859
Aurora y ocaso
Tarde llegas a mí, tierna criatura,
arquetipo del ser más delicado;
tarde llegas a mí; mas te he besado
y no puedo esperar mayor ventura.
La ilusión, el amor y la ternura,
al besarte, en mi pecho has despertado,
y el corazón, de palpitar cansado,
late cerca de ti con más soltura.
Llegas tarde a mis brazos, y por eso
despierto se me encuentra a toda hora
siempre esperando que me des un beso.
¡El beso del ocaso y de la aurora!...
Turna la noche con su manto espeso;
la aurora ríe y el ocaso llora.
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