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Gregorio de Matos, Brasil, 1633
A Jesús crucificado
A vos corriendo voy, brazos sagrados,
en la cruz sacrosanta descubiertos,
que para recibirme estáis abiertos
y para no castigarme estáis clavados.
A vos, divinos ojos, eclipsados,
de tanta sangre y lágrimas cubiertos,
que para perdonarme estáis despiertos,
y por no confundirme estáis cerrados.
A vos, clavados pies para no huirme;
a vos, cabeza baja por llamarme;
a vos, sangre vertida por ungirme;
a vos, costado abierto, quiero unirme;
a vos, clavos preciosos, quiero atarme
con ligadura dulce, estable y firme.
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