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Gustavo Peña
Como siempre
Otra vez el espejo
trampa, sueño y figura
puerta, destino y conjetura
la carne y la sombra del reflejo.
En alguna gaveta el manuscrito
que define los principios y las normas
revela con detalles los secretos y las formas
de todas las mentiras que el hombre ha escrito.
Pero sin moral el espejo te interroga,
te analiza, te despierta y te somete;
te duerme, te confunde y te promete
a la vez, la noche y la sombra de una soga.
Si superas el enigma de esa sombra
podrás verter el sueño del conjuro.
Del viejo manuscrito saldrá el puro
y limpio grito que te nombra.
Tu mano alcanzará ese otro mundo;
el bizarro, el paralelo, el ignorado,
el falso, el real, el confinado
a orbitar el espejo en lo profundo.
Pero si tu mano es de infiel y de artificio
y no respeta los principios y las normas,
te convertirás en una de las tantas formas
del encierro y del eterno maleficio.
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