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Isabel Abanto, España, 1964
La sal en la mirada
De las alcantarillas
sale una bilis fétida que inunda
las aceras y entra por las rendijas
de las casas con pisos de notarios.
Una avalancha espesa
que mancha las paredes de bufetes,
de centros de belleza,
de las asesorías que cuelgan
como celdas de una misma colmena.
Salpicaduras negras que se posan
como notas de un pentagrama sucio
sobre el tendido eléctrico
que alumbra los anuncios de neón
colgados del abismo.
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