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Isabel Díez Serrano, España, 1940
Tan herido de luz...
Tan herido de luz y humanidad
viviste y te volcaste con tu hermano
que en tu partida –ya florido arcano–
sintieron en las letras la orfandad.
Grande fuiste, poeta y castidad
nos legaste en tus versos; tan cercano
que aromabas heridas en las manos
de tu patria, desde tu mocedad.
El Universo entero te proclama,
los astros te veneran, te enaltecen
uniendo nuestras voces a tu llama.
Llama de Amor. De Honor llama en tu frente.
No hay hombre ni poeta bien nacido
José Martí, que no beba en tu fuente.
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