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Ismael Enrique Arciniegas, Colombia, 1865
La flauta del pastor
Una flauta en la montaña...
es la flauta del pastor...
la luna los campos baña...
¡Vuelve el antiguo dolor!
Esa música que viene
un recuerdo a despertar,
¡cuán honda tristeza tiene!
¡cómo hace a solas llorar!
Cogiendo en el huerto
flores una mañana la vi.
La misma canción de amores,
cogiendo flores, le oí.
Tocando, en la noche en calma,
su flauta sigue el pastor.
Llora el recuerdo en el alma...
¡Volvió el antiguo dolor!
En marcha
Al porvenir con paso giganteo
Avanza ¡oh Juventud! ¡Sonó la hora!
Potente, de la sombra enervadora,
El pensamiento se alza como Anteo.
Los dioses ya se van, y erguirse veo
La Ciencia en sus altares vencedora.
¡Ya irradia en las tinieblas luz de aurora!
¡Ya rompe sus cadenas Prometeo!
La augusta voz de redención se escucha,
Y la Razón alumbra el limbo oscuro
En donde esclava la conciencia lucha.
¡Adelante! El combate ha comenzado:
¡Entonemos el himno del Futuro
De pie sobre las ruinas del pasado!
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