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Jacinto de Evia, Ecuador, 1620
Sueño amoroso
Con qué gusto entre los brazos
de Nise gocé un favor,
que eterno juzgó mi amor
por ser de tan fuertes lazos:
mas, ¡ay!, que breve los plazos
llegó mi dicha a gozar,
pues sólo vino a estrujar
del alma tan dulce empeño,
en breves sombras de un sueño
que se acabó al despertar.
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