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Jaime Saenz, Bolivia, 1921
Como una luz
Llegada la hora en que el astro se apague,
quedarán mis ojos en los aires
que contigo fulguraban
Silenciosamente y como una luz
reposa en mi camino
la transparencia del olvido.
Tu aliento me devuelve a la espera
y a la tristeza de la tierra,
no te apartes del caer de la tarde
–no me dejes descubrir sino detrás de ti
lo que tengo todavía que morir.
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