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Javier Alas, El Salvador, 1964
La amapola de Morfeo
Sueño una manada de caballos blancos
golpeando como un sismo a los prados,
una avalancha de galopes destrozando la hierba.
El mar resplandece como un espejo de titanio.
La estampida salta arriba de mi rostro:
en mis ojos queda como sangre
la imagen de un súbito casco.
La estampida se convierte en un oleaje de fuego
y a su paso hace crujir la arena
antes de hundirse en el mar.
Un humo blanco cubre las olas y la playa
y no veo ya más que la ceguera.
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