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Jorge Bousoño González, Cuba, 1957
Solsticio de invierno
De tanto dar sin reclamo
dejé pasar la existencia,
¿dónde está señor espejo
mi más humilde presencia?
Cuan difícil transparencia
penetrando por mis versos,
¿dónde están ansiadas huellas,
esa razón o universo?
A tanta entrega vertida,
a tanta mano tendida
diluidas en el vacío,
mi esperanza sigue alerta
aunque yo cierre la puerta,
aunque me ciegue el olvido.
Fugas
Recién comienza la llamada
de ese objeto torpe sin semblanza,
parece un día de normal tirada
que quizás ignore una alabanza.
Recién comienza la alborada
y espero o busco fresca romanza,
hoy todo surge desde mi almohada
donde deposité ayer la esperanza.
Recién comienza otra jornada
y se levanta lejos de la andanza
de fijos sueños en noche pasada.
Recién comienza, con añoranza,
al verte a ti, aunque no haya nada,
sobre esa hoja que con el viento danza.
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