|
|
Jorge Pombo, Colombia, 1857
Funesta dualidad
Siento otro Yo que contra mí se empeña,
que en todo influye y todo me acibara,
un Yo que si de mí se retirara,
me hiciera ver la vida hasta risueña.
Sólo una gracia, al parecer pequeña,
humilde, al Yo fatal le demandara:
que alguna vez, siquiera, me dejara
salir del diario afán sin contraseña.
Concedida tal gracia, el Yo visible
mostrárase cual es, no cual ha sido
por causa superior e irresistible.
Mas como existe siempre el Yo oprimido,
y existe el Yo opresor, no me es factible
la auto-semblanza que se me ha pedido.
Catorce versos forman...
Catorce versos forman los sonetos;
catorce bardos con primor los hacen;
catorce estrellas en la «Gruta» nacen
que iluminan a incrédulos sujetos.
Veintiocho veces escuché cuartetos
que en verdad, plenamente satisfacen
a todos los poetas que aquí yacen
esperando principie los tercetos.
¡Estoy con ellos! El temor me invade
de improvisarlos ante Rivas Frade,
Valencia y Gómez. ¡Me metí en la gorda!
Mas... llegué al último. ¿Podré sacarlo?
¡Si no puedo, que vengan a acabarlo
Julio Flórez, Restrepo y Soto Borda!
|
|
|