Jorge Rojas, Colombia, 1911 El Agua Beso sin labio, novia en tu desvelo Esperando una boca que te beba; Y niña aún si un cántaro te lleva Arrullada en los brazos bajo el cielo. Llueve, y el mundo goza de tu vuelo; Danza la espiga, ábrese la gleba Y es más dulce cantar cuando se prueba Tu líquido que sabe a nuestro suelo. Saltando entre los juncos extraviada En busca de la sed, corza ligera, Has quedado en mi mano aprisionada. No importa que quien te haga prisionera Te dé su forma, corre alborozada Persiguiendo tu forma verdadera. Acción de gracias por el beso Gracias, amor, de nuevo tu criatura se inclina al vasallaje de tu peso. Encadenado estoy, me tienes preso entre la red sin par de tu hermosura. Gracias, amor, por esta cosa pura que a través de la carne te alza ileso. poder la boca convertirse en beso es ser el fruto sólo la dulzura. No importa, amor, que el labio ante el abismo del gozo haya quedado silencioso si es casi el pasmo como el verso mismo. Gracias, pues tu lenguaje me ha enseñado que en el silencio todo es más hermoso y lo callado es más que lo cantado. |