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José Alejandro Arce, Argentina, 1972
Una flor rara y única
Florece principesca
a la vera del camino
en mi recorrido distraído,
me abofetea los ojos
y turba mi razón,
se levanta radiante,
erguida, bella y
majestuosa como una reina.
De tallo fuerte y seguro
con pétalos de luz
y pistilos celestiales.
Dueña de un
encanto sublime,
es extraña e
inigualable, es
una flor rara
y única que
llama demasiado
mi atención y
se adueñó por
completo de
mis suspiros.
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