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José Camon Aznar, España, 1899
Velazquez
Con tu pincel no atacas a gigantes,
no Don Quijote peregrino y solo.
Siempre en cárcel dorada, jamás loco.
Sobre estrado real, no en Rocinante.
Eres Sekspi español. Con tus bufones
ves el envés del mundo. Y es tu pincel
de estos dolientes Jobs, cristal cruel.
¡Eternidad sin paz de estas visiones!
Al hombre redimió y a su pintura
el cadáver de Cristo. Y tú lo alzaste,
carne perfecta en el dolor madura.
Ese clavo de más clavó un sosiego
de dioses y de Dios. Hidalgo Cristo
por el pudor de su grandeza ciego.
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