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José Bergamín, España, 1897
A Cristo crucificado
Tú me ofreces la vida con tu muerte,
y esa vida sin Ti yo no la quiero;
porque lo que yo espero, y desespero,
es otra vida en la que pueda verte.
Tú crees en mi. Yo a Ti, para creerte,
tendría que morirme lo primero;
morir en Ti, porque si en Ti no muero
no podría encontrarte sin perderte.
Que de tanto temer que te he perdido,
al cabo, ya no sé qué estoy temiendo:
porque de Ti y de mí me siento huido.
Mas con tanto dolor, que estoy sintiendo
por ese amor con el que me has herido,
que vivo en Ti, cuando me estoy muriendo.
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