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José Carlos Cataño, España, 1954
Canto que no acaba
Ligero como el canto que no acaba
se ondula tu recuerdo en el verbero.
Regresa y es el mismo.
Despierto y no es un sueño,
a tu vuelta inocente encadenado.
La voz no sabe lo que canta.
Tallas mi vida y no lo advierto.
Hablo, y siempre ignoro de quién hablo.
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